Cada cierto tiempo los peruanos somos testigos de la marchas que protagonizan gran cantidad de madres cuyos hijos son beneficiarios del programa nutricional del Vaso de Leche. Mujeres de todas las edades que caminan avivadas por sus dirigentes sin importarles ocasionar un grave inconveniente en el tráfico de los miles de peruanos que cada día batallamos con la prepotencia y el desorden de las calles limeñas.
En la última movilización una bandera de lucha decía: no al recorte presupuestal al programa del vaso de leche; otra pedía por los niños desnutridos, otra acusaba a los políticos por los altos índices de pobreza y desnutrición infantil.
Y es que no sé si hubo un malentendido o es que siempre hay quienes tergiversan las cosas azuzando a los más débiles, buscando agua para su molino. Lo que todos sabíamos fue que se habló de hacer este tipo de programas más eficaces, para que lleguen a quienes realmente lo necesitan, pero la traducción que les dieron a las madres fue que les iban a quitar ese beneficio y por eso se lanzaron a las calles.
Mientras tanto, los funcionarios de gobierno seguramente miraban por las noticias, cómo la turba, a veces enardecida, surcaba las calles teniendo ciertos choques con la fuerza pública, las mujeres perdían todo el día caminando y esperando, y la pobre población tenía que sacar –de donde ya no hay- paciencia para esperar que sus carros, micros y combis pudieran avanzar.
Caída la noche, veíamos a las dirigentes firmando un acuerdo con el Jefe del Consejo de Ministros donde el gobierno se comprometía a no disminuir la partida para este programa. Todos sonreían. Pero nadie podía creerse que esa significaba una salida real al problema de la desnutrición infantil, la misma que el gobierno, a disminuir en 5 puntos hacia el 2011.
Y es que el problema está en que el programa del Vaso de Leche más parece una coladera por donde se filtran cientos y miles de beneficiarios que no merecen serlo. Creo que todos somos concientes de eso, pero ¿qué se hace para reinvidicar el objetivo real de un programa como este? Cuando un especialista en el tema levanta la voz para pedir que se rediseñe el padrón de beneficiarios, puesto que el actual tiene muchas deficiencias, se le escucha y al final no se le hace caso.
El gobierno de turno no termina de cambiar las cosas porque por un lado cuesta trabajo hurgar en lo que está mal, porque pueden caer muchas cabezas, sea por negligencia o por dolo. Además, está presente el ánimo de seguir cautivando al mercado de votantes. Poner orden y quitarle un beneficio a alguien, a pesar que se compruebe que no lo necesita, puede ser muy contraproducente para la meta electoral.
Mientras que estas circunstancias persistan, cientos de miles de niños seguirán cayendo en las garras de este mal llamado desnutrición, que no solo los inhabilita a crecer normalmente y a contar con mejores expectativas de desarrollo, sino que los condena a una vida más corta.
En verdad hay muchas madres -con sus hijos- que se benefician de esta ayuda social sin necesitarlo verdaderamente y hasta lucran. Hay que hacer un censo y definir claramente quienes en verdad necesitan de esta subvencion alimentaria que muchas veces no llega a los que sí lo necesitan. El Estado no puede ser mamadera de todos. Debe ayudar a aquellos que sí son pobres y no tienen dinero como para pagar peluquerías con permanentes y tintes muy a la moda, como se les ve a muchas mal llamadas dirigentas. Hay que ver tambien las casas donde viven, todas las comodidades que gozan y el estilo de vida que se dan. La justicia en lo justo. Ojala esto algún día se corrija.