No sé lo que está sucediendo en nuestro país. Muchos peruanos están acostumbrándose a ver como correctas situaciones que denotan actos de corrupción, abuso, falsedad, etc. Y lo más preocupante es que son nuestras autoridades las que en vez de sancionar a los mentirosos, invasores, delincuentes, rateros de cuello y corbata, etc. se hacen de la vista gorda y ‘aquí no pasó nada’ o lo peor que puede escucharse será: ‘iniciaremos inmediatamente una profunda investigación y los responsables serán sancionados’.
Echemos revista a un día cualquiera de nuestras vidas. Es hora de trabajar y debemos enfrentarnos con el agobiante tráfico limeño, en ese menester siempre nos toparemos con más de una combi o micro atrevido que nos tratará de empotrar con el vehículo del carril contiguo solo porque al chofer de servicio público se le ocurre apurarse y ganarle a su competencia que está adelante. Ante esta situación nos enfrentamos a dos alternativas: o aceptamos ese tipo de atropello o -jugando el riesgo de que choquen nuestro auto y no nos paguen nada- nos tratamos de hacer respetar en nuestro carril. ¿Y las normas?
Molestos como estamos por tal hecho y si tenemos la suerte de ver a un policía y de que éste nos vea a nosotros -pues algunos están ocupados hablando por celular- nos quejamos del abuso del chofer que nos quiso aplastar. Sin embargo, es muy probable que sintamos que estamos hablando y que no nos hacemos entender. El ruido, el tráfico, el stress, el calor, el frío y cualquier tipo de argumento podrá jugar a favor del policía para permitir que en vez de hacernos caso se limite a pedirnos que nos movamos del lugar. ¿Nos volveremos a quejar?
Avanzamos con paso desencantado, pero seguimos al fin, más allá nos espera un buen trecho de pista en refacción, así que a ponerse en una fila y a aceptar que el camino se hará más largo. Nos preguntamos por qué ese mismo tramo debe ser arreglado tan continuamente. Nos vendrán a la cabeza varias alternativas: el constructor hizo un trabajo deficiente con la capa asfáltica o sus bases, alguna empresa de servicio público (agua, luz, cable) debe ampliar sus redes y se demorará un montón en hacerlo, o es que no nos hemos dado cuenta y están cerca las elecciones municipales y las obras son parte de la estrategia propagandística. ¿Acostumbrémonos?
Llegamos hasta la oficina que para nuestro mal no tiene muchos estacionamientos, Será por eso que algunos ‘vivos’ se colocan en los sitios reservados para discapacitados y mujeres embarazadas. Bueno, ese no es nuestro caso así que buscamos un sitiecito por allí, uno que esté cerca de una entidad con vigilancia será mucho mejor. Al menos eso pensamos. Al salir del trabajo nos damos con que nos han robado la radio y la computadora del auto. No sirvió de nada el vigilante. Bueno, dice que no es su problema. ¿Qué pena?
En casa prendemos la televisión y nos preparamos para ser bombardeados por una ráfaga incesante de noticias sobre asesinatos, suicidios, violaciones, etc. pareciera que el Perú solo está hecho de malas noticias. ¿Y las buenas? ¿No que los medios de comunicación deben cumplir además del papel informativo un rol formativo?. El morbo vende bien, pero ¿hasta dónde se puede llegar?. Muchas veces noticias que sí valen la pena no reciben ninguna muestra de interés de los medios de comunicación. ¿Es que lo bueno no vende?
Esperamos un ratito y comenzamos a escuchar a la locutora que habla de uno de esos tantísimos episodios de invasión de propia privada o del Estado. Nos pondremos a pensar en lo injusto que resulta que la gente se apropie de algo que no es suyo, así sean pobres, si es que realmente lo son. Pero claro, ¿qué podemos criticar si es que el primer ministro Yehude Simon el otro día comentaba en conferencia de prensa que a los invasores del Bosque de Pómac se les había ofrecido para que salieran de allí: terreno, casa construida, trabajo, etc?. Es decir, se estaba premiando a los que abusan. ¿Entonces, invadamos pues?
Salen más noticias, especialmente de lo que sucede en el gobierno, como lo que sucede ahora con el nombramiento del nuevo contralor(a). Me parece increíble que surjan tantos contratiempos para elegir alguien que sea capaz. Se dio una terna y resulta que justamente es la candidata recomendada por el poder ejecutivo la que gana la elección. ¿No que los políticos, especialmente apristas, criticaron tanto la designación de Genaro Matute por estar vinculado con el presidente Toledo y juraban que en un gobierno del APRA nunca sucedería algo así? Y después de esto, ¿qué más? Pues que sucede que la candidata aceptada, Ingrid Suarez, coloca en su hoja de vida –tal como lo habría comprobado la misma Mercedes Cabanillas- estudios y títulos que no tiene. ¿No es para echarse a llorar?
Casi con lágrimas en los ojos, por reírnos del absurdo o por llorar de impotencia, llegamos a escuchar que un general del ejército peruano al ser denunciado por un reportaje periodístico, por sustraer material de construcción de una obra de viviendas para militares, usando vehículos oficiales, responde diciendo que se trata de sus materiales que están depositados en la obra del ejército. ¿Se sancionará si hay delito?
A punto de apagar la tele alcanzamos a oír la sección deportes que nos cuenta que la selección sub 20 fue eliminada y que el jugador Reimond Manco no la habría pasado tan triste ya que habría estado disfrutando la estadía con su pareja en las instalaciones del hotel Stauffer de Maturín, en Venezuela. ¿Debemos ver esto como correcto?
Despertemos del letargo. Comprendamos que no podemos seguir aceptando que las cosas sigan así. ¿Qué patria vamos a dejarle a nuestros hijos? Por ahora los peruanos aceptamos que los contra valores avancen, pero qué pasará más tarde cuando choquen los intereses de los grupos que creen en las normas y en lo correcto, con los que no respetan ni a su familia. ¿Tendrán nuestros hijos autoridades que los defiendan?
Es muy cierto amigo, es más, te puedo decir que esto no solo pasa en el Perú, sino en todos los países del mundo. Lo que ocurre es que en Latinoamérica, es mas común ver todos estos actos de tolerancia y corrupción.
Esperemos que, con la colaboración de todos, podamos concienciar un poco, si cabe, a todos estos gobiernos.
Un saludo,
Educacionlibre.
Muchas gracias por tu comentario. Qué bueno que seamos cada vez más los que pensemos que la mentalidad de las personas debe cambiar para bien y que no podemos acostumbrarnos a convivir con la mediocridad y el abuso.